DISCOS ACONSEJABLES


Hace unas décadas costaba mucho dinero que te grabaran un disco. Tanto que casi ningún grupo se lo podía pagar. Si la banda era buena y tenía la suerte de ser descubierta por un representante de una ‘disquera’ (como las llaman en México) te podían ofrecer la primera grabación a cambio de un porcentaje siempre demasiado bajo con posibilidades de ir subiendo con el tiempo pero jamás al 50%. Así que los primeros discos solían ser muy buenos porque la posibilidad de perder la oportunidad era muy grande si así no era. Además de que el público era más exigente. Eso ocurría en todos lados donde existían los discos, sobre todo las grandes compañías que eran grandes negocios en aquel entonces. Uno de estos lugares  era California. En los sesenta y setenta las grandes multinacionales del disco se estaban haciendo  de oro con el negocio de la música joven y en sintonía con lo que se cocía en la zona se grababan grupos ‘sicodélicos’ en la onda de los Grateful Dead http://es.wikipedia.org/wiki/Grateful_Dead
de conciertos de horas en dos famosos locales de San Francisco que se llamaban Winterland y  Fillmore West; éste último aún existe y se llama ‘’west’’ porque en esa época existía otro en Nueva York que era el ‘’East’’. Ambos los llevaba el famoso Bill Graham http://en.wikipedia.org/wiki/Bill_Graham_(promoter)
 además de otros legendarios locales. También existían otros grupos nada convencionales como Mothers of Invention de Frank Zappa http://es.wikipedia.org/wiki/The_Mothers_of_Invention
 que dio un valor especial por sus frenéticos conciertos a la palabra ‘’Freak’’ tan de moda ahora con su transcripción castellana de ‘friqui’. Y otros tantos como ‘Love’, los ‘’Big Brother and Holding Company con Janis Joplin y un largo etcétera de bandas dentro de un estilo que por su variedad se llamó ‘rock ácido californiano’. Uno de esos grupos fue los Doors. 
Aunque es sobre todo recordado por Jim Morrison y toda una serie de idolatrías estúpidas con el personaje debidamente comercializadas en diferentes épocas que le hubiesen dado nauseas al mismo Morrison que huyó a París hart0 de todo eso y está allí enterrado, tenía a un teclados que también hacía los bajos (Ray Manzarek) fuera de serie, un guitarrista formidable (Robby Krieger) y un batería estupendo (John Densmore). Y de hecho sacaron dos discos sin Morrison que no están mal que se titulan Other Voices y Full Circle. Todos los discos de los Doors fueron estupendos pero llama la atención que el primero sea tan bueno.  El nombre del primer disco que se corresponde con el nombre del grupo inaugura el concepto de la banda. Como saben lo de ‘’Doors’’ proviene de un poema de William Blake que hablaba que al abrir las ‘’puertas’’ de la percepción sería descubrir que todo es infinito, y que sirvió como inspiración al libro de Huxley (el mismo de Un Mundo Feliz) titulado ‘’Las puertas de la percepción’’ muy de moda en la California de la época. En un libro muy interesante que escribiera el batería Densmore en los noventa, titulado como una de sus canciones ``Riders on the storm’’, donde recuerda anécdotas de todo tipo con la banda, habla de que la primera vez que puso el primer disco a sus padres, al llegar la parte final con el famoso extenso tema ‘’The End’’ que tanto popularizara más tarde el filme Apocalipse Now de Coppola de fondo de terribles bombardeos de Napalm en Vietnam, sus padres se quedaron sin palabras y boquiabiertos. Y es ese el efecto que produce la primera vez que se escucha completo. Hoy no es normal que un tema de un disco digamos comercial sea tan largo pero en aquel entonces tampoco y mucho menos que tenga una letra tan complicada que en alguna de sus partes recurre a figuras freudianas como el complejo de Edipo tan incomprendido y censurado entonces. Pero mucho menos que un disco de ese tipo llevara una canción como ‘Alabama song’ compuesta por Kurt Weill 
que era quien le hacía la música al dramaturgo Bertolt Brecht 
y en concreto su famosa ‘ópera de nueve centavos’. Este disco de 1967 desde que comienza te engancha con el tema ‘’Break on throught’’ llevándote por melodías de todo tipo para finalizar con el misterioso y épico The End. Es del todo aconsejable.