A veces el mundo no se lleva bien con uno, el mundo de
uno que no es demasiado grande. Intentas ser simpático, te acicalas,
escondes los calcetines, te muerdes la lengua, pero el mundo sigue
llevándose mal contigo. Sientes el desprecio en todas las esquinas,
contemplas las miradas torcidas y ninguna sonrisa al menos de cortesía.
Busco mi agujero y me encierro allí con mis libros y mi música porque
detesto hacer esfuerzos para caer bien a veces en vano . Y no saldría de allí en mucho
tiempo si no estuviera obligado por el mismo mundo, y hasta por mi mismo
que no quiere asfixiarse en una burbuja que siempre termina quedándose sin aire.
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