jueves, 2 de septiembre de 2010

EL OBJETO Y LA IDEOLOGÍA.

 
No sólo la ideología, entendida únicamente como conjunto de ideas organizadas, influye como sabemos en las cosas, sino las cosas influyen en como creamos esas ideas sobre esas cosas. El ejemplo más claro lo encontramos con los automóviles. El objeto móvil por antonomasia no es sólo un medio para moverte con más facilidad y más rápido, es además un valor y un símbolo. Pero primero habría que aclarar qué es un valor y qué un símbolo. Los valores, grosso modo, son aquellas cosas (en este caso ideas sobre cosas o tan sólo ideas) que valoramos por encima de otras. Pero se puede tener un valor, y sobre éste un criterio positivo o negativo dependiendo los casos. Por ejemplo, podemos valorar la valentía como valor general, pero considerar que es algo negativo en unos casos y positivo en otras; relativizarlo según las circunstancias, pero no cuando es un símbolo. Un símbolo no se relativiza, o se valora totalmente o al contrario. Los automóviles son un símbolo además de un medio, y las cosas percibidas como algo que nos forman parte, que casi determinan nuestra personalidad (como pasa con algunos y su coche o coches) no se relativizan.   Qué son los signos simbólicos y el resto de los signos. El símbolo es un tipo de signo que tiene significado en sí mismo, casi siempre abstracto y relacionado con un valor. Por ejemplo una bandera, uno de los símbolos más conocidos, representa o simboliza la nación x.  Pero un signo en cambio puede ser además del simbólico el lingüístico que necesita de otros signos para hacerse comprender y adquirir significado, o bien no ser necesariamente abstractos sino concretos y comprensibles no sólo por personas sino incluso por animales; que una fruta sepa mal es un signo ni simbólico ni lingüístico comprensible hasta para un animal de que la fruta está en malas condiciones. Este tipo de signos que nos alertan son también llamados señales. Todos los signos simbólicos y no simbólicos nos indican algo. Sin embargo los signos simbólicos al ser abstractos suelen indicar cosas más amplias como por ejemplo ‘’España’’, y los signos no simbólicos cosas concretas o circunstanciales. El automóvil es un símbolo aparte de una herramienta porque sino lo fuera no existirían las marcas, o sea, el valor que se le da a un objeto por tener una u otra marca. En el automóvil se da el curioso detalle (pero también en casi todos los objetos de consumo) de que las señales (marcas) son a la vez, o pueden ser, un símbolo (hay gente que se tatúa  logotipos en el cuerpo), dejando por ello de señalar nada, sino sólo dando valor por sí mismas. Los símbolos son  los únicos signos que se valoran por sí mismos: una bandera se valora por sí misma, o un símbolo religioso también para un creyente, pero no una palabra, o una señal de que vamos a tener una enfermedad que es otro tipo de signo. La marca del automóvil, o de lo que sea, da un sobrevalor o infravalor absoluto al objeto. Importa poco que ese objeto sea mejor o peor como objeto, como utilidad. Por eso las falsificaciones funcionan ya que el valor lo da la marca no la calidad.  Y en este caso el valor se relaciona con el precio. Aunque se supone que una cosa guarda relación con la otra no siempre es así, porque no es lo importante, sino la categoría social que da la marca en ciertos círculos sociales que no tienen que ser necesariamente adinerados. Existen marcas para ‘’currantes’’, para ‘’rebeldes’’ y para todo tipo de personas. Y aunque tu ropa la saques de la basura no quiere esto decir que la que te pongas sea de forma indiscriminada. Existen las marcas de lo que no tiene marca. Me explico. Hay ropa que se valora por ser ''exótica'' (aunque luego alguna esté hecha en un taller de chinos de al lado de tu casa o lo que es peor, en un taller de chinos en China o de Sumatra pagándoles miserias) y que aunque no sea de una marca conocida y pase hasta por ''rebelde'' (como si la rebeldía tuviera que ver con la  ropa) tiene una característica que lo identifica; una 'marca' más allá de la solapa. Aunque no llevara siquiera ningún logotipo no dejaba de tener 'marca', y no por ello está libre de la posibilidad de pertenecer a un entramado de explotación igual que la ropa de una transnacional conocida.














Una camisa ‘’Lacoste’’ para algunos es un artículo de lujo y pagan por ello,  pero para otros, los que tal vez se pongan la ropa 'exótica', es un artículo de ‘’pijo’’ por lo que nunca se lo pondría ni regalado. El círculo social en el que te muevas te condicionará a la hora de establecer valores sobre las cosas y hasta el más ‘’no logo’’ (lo digo por el ensayo de Naomi Klein) tomará en cuenta el logo como ha hecho Klein pero en este caso de forma negativa. Por ello el automóvil es un símbolo y por ello también un valor. Esta conclusión que no es nueva, ya que por ejemplo Marcuse en su excelente y profético libro ‘’El hombre unidimensional’’ ya lo dejaba claro hace más de 40 años, nos aclara que no sólo es así, sino que además es el símbolo más potente de lo que también llamara Marcuse sociedad postindustrial o la sociedad del espectáculo Guy Debord. El automóvil al democratizarse a partir sobre todo del Ford T (en la novela archiconocida de Huxley que en España se llamó ‘’Un mundo feliz’’ pero que en inglés se titulaba ‘’Brave new world’’, algo así como el ‘’bravo nuevo mundo’’ la cronología de aquella sociedad ficticia se medía a partir de la creación del primer Ford T) convierte a todos los automóviles  en Volks-wagen, en los coches del pueblo; esta marca significa eso en alemán. Y ello no sólo significa que democratice a la herramienta coche aunque haya más tipos de coches que Volkswagen, sino al símbolo coche. El coche  se convirtió en un complemento indispensable de la familia, que es también un símbolo ahora en decadencia. El modelo familiar ha cambiado a la par del modelo de coche; la familia se ha fragmentado y la cantidad y tipos de coches también; ya casi no existe el coche familiar pues cada miembro tiene un coche a su medida  y se habla de customizar
http://es.wiktionary.org/wiki/customizar
Con la actual crisis veremos cambiar también los modelos de coche. Pero espero que no sea sólo el aumento de tipos de coches aunque fueran más ecológicos,  sino también el aumento de modelos de tránsito públicos, llámese guaguas, tranvías o lo que sea menos contaminantes y ruidosos, o nada contaminantes y ruidosos. El automóvil es como cualquier valor además un creador de lo que se llama en alemán ''weltanschauung'' o visión del mundo,  uno de los más potentes generadores de ésta. Hablaré más extensamente de ello en otro apartado.


Libro recomendable sobre el asunto: ''NO LOGO.EL PODER DE LAS MARCAS'' de Naomi Klein. Editorial Paidos.

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